sábado, marzo 06, 2010

EL ENOJO Y SUS CONSECUENCIAS

El enojo es una emoción común que surge cuando uno enfrenta amenazas, insultos o injusticias. Dios mismo siente enojo, y nos ha dado esta misma capacidad.

Sin embargo, por nuestra naturaleza caída, a menudo respondemos de una manera pecaminosa cuando este poderoso sentimiento nos domina.

Una respuesta pecaminosa frecuente es aferrarse a la ira hasta que esta se convierte en parte de nuestro carácter. Se aloja en lo mas profundo de nosotros, y comienza a torcer los pensamientos y a agitar las emociones. La paz y la alegría estan claramente ausentes, porque estas no pueden convivir con la ansiedad y la frustración que acompañan al disgusto.

Después de envenenar al carácter, el espíritu de enojo afecta a otras relaciones. Se lanzan palabras hirientes, incluso contra quienes no son la causa de la ira, y se levantan escudos de autoprotección para evitar cualquier herida. Lamentablemente, los resultados de esta conducta son una relación tensa y el aislamiento.

Aunque el enojo puede danar el carácter y la relación con otras personas, su consecuencia mas trágica es el rompimiento del compañerismo con Dios. La ira no sólo obstaculiza su obra en y a través de los creyentes, sino que también aflige al corazón del Padre Celestial. Él desea colmar a sus hijos de bendiciones, pero los puños cargados de ira no pueden recibir la riqueza de la persona y el llamado de Dios.

Está usted albergando algún sentimiento de ira o enojo en su corazón? Este podría estar tan metido dentro de su alma, que no está consciente de su presencia. Pídale a Dios que le revele cualquier resentimiento oculto que haya en usted. Deshagase de el, y apropiese de las riquezas de Cristo.


Proverbios 19:19 El de grande ira llevará la pena.

Charles Stanley

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